En el encuentro en el que todos los ojos, como lupas, estaban posados en Lionel Messi, fue Ansu Fati, la nueva joya de La Masía, quien se robó la atención. El nacido en Guinea-Bissau (que representa a la selección española), de 17 años, convirtió los dos primeros goles y provocó el penal que cobró el argentino en la goleada del Barcelona frente al Villarreal, por la Liga de España.
Dos definiciones perfectas suyas (primero con un remate alto, al ángulo, tras un centro de Jordi Alba; luego con un tiro rasante al primer palo) le abrieron el camino de la victoria en el Camp Nou. Y hasta le otorgó la posibilidad de gritar al capitán, de 33 años, desde los 12 pasos. Le alcanzaron 69 minutos para ser la figura del duelo: Ronald Koeman decidió reemplazarlo por el francés Ousmane Dembelé.
-Fuente: Infobae-