El austríaco cedió los primeros dos sets ante Zverev, pero reaccionó a tiempo y se terminó imponiendo por 2-6, 4-6, 6-4, 6-3 y 7-6 (8-6) para levantar el trofeo en Nueva York.
Al conquistar su primer Grand Slam, el número tres del mundo se convirtió en el primer ganador de un torneo “grande” nacido en la década de 1990 y el primer campeón debutante desde 2014.
Fue una final dramática y maratónica de más de cuatro horas, con match points desperdiciados y un Thiem que llegó con lo justo, maltrecho físicamente, y que se tiró sobre el cemento neoyorquino para celebrar su gran logro.
-Fuente: Infobae-