Cada uno por su lado, los dos pasan por los mejores momentos de sus carreras. En semifinales, Nadia chocará contra la juvenil polaca Swiatek. A Diego le tocará nada menos que Nadal.
Es otoño en una París que no deja de sufrir con los repiqueteos persistentes de un coronavirus que se resiste a partir, como en todo el planeta. Pero París siempre es París. Y Roland Garros nunca deja de ser Roland Garros. Por más que sea otoño. Por más que el virus siga alterando las rutinas de todos. Muchas de las grandes historia del tenis se edificaron sobre el polvo de ladrillo francés. Y eso es lo que están haciendo Nadia Podoroska y Diego Schwartzman, dos que, vaya casualidad, no solo comparten el mismo apodo. El otro factor común, el más importante, es que están jugando el tenis de sus vidas y ya están instalados entre los cuatro mejores de este peculiar último Grand Slam del año -algo que no pasaba con argentinos desde 2004 en ambos cuadros-. Lo mejor de todo: ninguno de los dos se da por satisfecho. Los dos quieren más. Los dos van por más.
-Fuente: Clarín-