En el cráter Jezero, este laboratorio cargado con instrumental científico, intentará determinar si alguna vez hubo vida en el planeta.
Mientras los controladores de vuelo -mirando sus pantallas casi sin parpadear- calculaban las maniobras necesarias para superar los llamados 7 minutos de terror, el rover Perseverance, tras remover algunas capas del óxido de la superficie marciana, aterrizó en el cráter Jezero a las 17.56 de ayer, hora local, en el borde occidental de la llanura Isidis Planitia.
El módulo ingresó a la atmósfera enrarecida de Marte, a una velocidad de 20.000 kilómetros por hora y en menos de 420 segundo, la sonda tuvo que desacelerar hasta los 2,7 kilómetros por hora.
Fuente: Clarín