
Durante la noche de este jueves, una lluvia intensa sorprendió a los vecinos de la Capital santiagueña y puso fin a una seguidilla de jornadas sofocantes. El cambio se sintió al instante: el ambiente pesado dio lugar a un aire fresco que llevó alivio a miles de hogares.
El evento alcanzó a gran parte de la ciudad, acompañado por un descenso térmico significativo y ráfagas moderadas que terminaron con el calor extremo que dominó la semana.
Las calles mojadas, el aroma a tierra húmeda y el sonido de las primeras gotas se convirtieron en una postal muy esperada por los santiagueños, ansiosos por una tregua frente a las altas temperaturas.
Los primeros registros indican que el termómetro cayó de manera rápida y sostenida apenas iniciada la lluvia, anticipando una madrugada más fresca y un viernes con mejores condiciones climáticas.





















