
Con el nivel de concurrencia más bajo desde el regreso de la democracia, las elecciones de hoy registraron un 34% de abstención. Según los datos oficiales difundidos tras el cierre del escrutinio, de los 35.987.634 ciudadanos habilitados, unos 12.235.796 no emitieron su voto. Consultores atribuyen este fenómeno al creciente malestar social, la desconfianza hacia la dirigencia y el desencanto con la política tradicional.
El análisis histórico deja en evidencia que en los ciclos iniciales tras el retorno de la democracia, entre 1983 y 1989, en las presidenciales la afluencia superó el 85%, mientras que en los ‘90 los niveles rondaron el 82% y se mantuvieron altos niveles de participación hasta 2015. De ahí en más, (salvo en las generales de 2019 con 80%), nunca se superó ese techo.





















